Hoy comento sobre los tratamientos con ayuda del método GSR con la gente que se quejaba de alteraciones en su aparato del habla y tenía problemas de dicción.
El primer caso es una historia de la mujer, dado que su actividad profesional está relacionada con las ventas en el segmento VIP, por eso su capacidad de hablar bien afecta directamente a sus ingresos. La clienta, para que su habla sea más inteligible, practica ejercicios de logopedia todos los días, pero la eficacia de ellos dura sólo durante el día, y si no los practica, su dicción es mala. Yo como GSR-especialista, vi aquí dos puntos para profundizar: la mujer no se acepta a sí misma con ese problema del habla, no se gusta a sí misma y este punto se puede mejorar con una sesión de GSR. O podemos tratar de trabajar con el defecto del habla en sí. En lo qué me concentré: le pedí a la clienta que hablara y me describiera qué y cómo se siente exactamente en el aparato del habla mientras comenta y qué le resulta incómodo, qué le preocupa precisamente en su habilidad.
También se llevó a cabo una sesión GSR para este síntoma. Las tendencias (escenarios familiares) eran de violencia y de inseguridad.
En la vida de una persona, estas tendencias no sólo desarrollaron un defecto en la dicción, sino que la mujer también “se violaba” a sí misma casi todos los días con ejercicios especiales con resultados poco eficaces en la práctica.
Como resultado de la sesión, la mujer no sólo perdió el foco en este problema, ¡sino que su defecto del habla fue corregido! Ahora está grabando sus nuevos videos de ventas, en los que su discurso es claro, fácil e inteligible. Y, si miras de cerca, puedes ver que su mandíbula está relajada (es decir, sus expresiones faciales son suaves, su sonrisa es más abierta).
Otro caso se refería al problema de tartamudez de un niño, que no pudo resolverse con la participación de un logopeda. La madre del niño pidió ayuda y además de preocuparse por los problemas del habla de su hijo, también se quejó de las dificultades y la falta de comprensión mutua en la relación con su hijo.
Le realizamos a la clienta las sesiones sobre las dificultades de su maternidad y una vez trabajé con el niño sobre la tartamudez.
El primer testimonio de la madre después de las sesiones fue que la relación con su hijo mejoró mucho, apareció el entendimiento mutuo y su amor por el niño había revivido. La maternidad ya no le parece un “castigo” para esta mujer. ¡La mujer ve el resultado por sí misma y está muy contenta!
Como resultado, un mes después: en cuanto a la tartamudez en sí, según la mujer, si tomamos el nivel inicial como 100% (el niño se asfixiaba periódicamente por la tartamudez), ahora queda solo el 10%. La niñera, que ha vuelto a trabajar después de un descanso, ha notado que el niño no tartamudea y se ha interesado en cómo había logrado ese resultado tan rápidamente…
Como plus resultó: la mujer tiene su propia carrera escénica. Y al mismo tiempo enseña a los niños. Y esta parte de su actividad profesional no le traía ninguna alegría. Y, después de las sesiones de GSR sobre la relación con su propio hijo, la actitud de la mujer hacia su trabajo con otros niños cambió: ¡empezó a traer más alegría, a ir con facilidad, interés y recursos!
Una vez más veo cómo, con la ayuda de GSR, una persona obtiene incluso más de lo que podría haber imaginado!
En ambos casos, trabajar con trastornos del habla proporcionó mejoras directas en las habilidades del habla y, al mismo tiempo, aumentó en general la calidad de vida de las personas.