SÍ A LA VIDA

Hace un par de semanas me enviaron a Urgencias porque tenía una embolia pulmonar en el pulmón derecho. Dada la gravedad de la situación, me atendieron de inmediato y me ingresaron en el hospital. Las enfermeras y los médicos me rodearon, me tocaron los brazos buscando venas para poner la vía intravenosa, me hicieron preguntas y me colocaron electrodos en el pecho para medir mi ritmo cardíaco.

En medio de todo esto, una enfermera joven entró en mi habitación y, con mucha naturalidad, preguntó: «necesitamos saber si desea que le reanimen o no». La pregunta me sorprendió. Acababan de darme un diagnóstico grave y ahora me preguntaban si, dadas las circunstancias, me gustaría que me reanimen. Tuve que reflexionar durante un minuto, aunque esto desconcertó al profesional médico. ¿Quería vivir o morir? En ese preciso momento me di cuenta de que era la primera vez en mi vida que tenía un verdadero impulso interior, un impulso inequívoco de decir: «¡Quiero vivir! ¡No me dejes morir! ¡Todavía no es mi hora!»

La comprensión de que quería vivir, de que realmente me importaba mi existencia, fue tan dura como el diagnóstico. Quizás debido a todas las cirugías que he tenido a lo largo de mi vida, los tratamientos médicos, las estadías en el hospital, nunca me ha importado vivir. He visto el dejar ir como una forma de paz, de terminar con la lucha con lo que puede venir, de renunciar al destino de preguntar lo que puede o no puede escribirse. Sin embargo, a través de mi trabajo con GSR, algo en mi mundo interior ha estado cambiando. Ya no deseo renunciar a mi propia vida tan fácilmente.

Hay una nueva comprensión. El Flujo de Vida que ha comenzado a surgir en mí tiene que ver con un impulso natural de vivir. Solía creer que, de alguna manera, había superado esos deseos y que eso era algo bueno. Decidir dejar ir la esencia de la vida me hizo sentirme más santa, más elevada; desafortunadamente, también me estaba debilitando. Mi recurso disminuía a medida que abandonaba la idea de permanecer con los vivos.

Ahora tengo una nueva perspectiva del mundo. Espero con ansias mi futuro, oler flores, ya que cada actividad es parte de una relación intencional con la vida. Puede que suene extraño, pero es verdad: ¡es maravilloso estar vivo!🌷

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