Una madre con un hijo adolescente pidió ayuda. El chico se enamoró seriamente por primera vez, pero tuvo una ruptura con su novia, lo que lo llevó a un estado depresivo, hasta el punto que el chico comenzó a hablar de dejar de vivir. Toda esta situación sacó completamente a la mujer del curso normal de su vida: tenía miedo de lo que le pudiera pasar a su hijo, perdió la confianza en si misma y no sabía qué ni cómo podía ayudar a su hijo. Estaba llorando.
Eliminamos este estado interno como síntoma según el método GSR y llevamos a cabo una sesión al respecto. El hecho es que en la historia de la familia de esta mujer ya han ocurrido casos de suicidios masculinos: un hombre no pudo hacer frente a algo complicado y tomó tal elección… Por lo tanto, en la psique de la clienta había ciertas alteraciones, rupturas en la estructura masculina, como si hubiera la ausencia de algún “núcleo” interno, que se transmitía de madre a hijo. Se podría decir que, el chico, tiene un carácter suave, lo que le hace sentir como si «no fuera lo suficientemente valiente».
La sesión ayudó a restaurar en la psique de la mujer el sentido de autosuficiencia interior, tan necesario en situaciones cotidianas difíciles. Este cambio interno se extiende también a su hijo, porque así funciona el sistema familiar, donde todo se transmite de padres a hijos. Como resultado, la situación en la familia se calmó, también el hijo mejoró la relación con su novia.
Un par de días después, la mujer dejó este testimonio:
“Después de la sesión me siento genial. Era como si siempre hubiera sido así, estable y tranquila. Me inspira la sensación de estabilidad. No sé cómo funciona, pero te lo agradezco. Por tu ayuda, dejé profundamente mis miedos… Esto es muy valioso para mí y mi familia”.
Literalmente, una sesión de GSR ayudó a la madre a restablecer rápidamente el equilibrio de toda la familia, lo que podría haber requerido muchos más intentos, tiempo y otros recursos.