¿Qué siente cualquier padre en relación a su hijo?
Amor y a veces, miedo.
El miedo acompaña a los padres en todas las etapas de la vida de sus hijos, al empezar el embarazo e incluso durante su vida adulta.
- Puede pasar algo malo con mi hijo?
- ¿Podrá estudiar en óptimas condiciones?
- ¿Podrá tener su autorrealización?
- ¿Encontrará personas buenas en su camino?
- ¿Tendrá buena salud?
Estas y otras muchas más preguntas sobre la vida de un hijo preocupan a los padres.
Teniendo miedo, los padres lo transmiten a sus hijos de manera inconsciente. Incluso si los padres modernos con conocimientos psicológicos intentan conscientemente controlarse, el modelo de criar a los hijos basado en un sentimiento de miedo se hace sentir inconscientemente incluso en los más conscientes.
Es evidente que los miedos no ayudan, y por ello, son un problema a la hora de formar una estrategia adecuada de criar y dar a un hijo lo que necesita, que le dé apoyo y confianza en sí mismo.
Pero ¿qué es lo realmente necesario para nuestros hijos?
Hoy en día existen muchas teorías y métodos sobre la crianza y educación de nuestros hijos, y cada uno de ellos dice algo distinto.
Algunos dicen que lo más importante es la buena educación, otros destacan la gran influencia del entorno y demás, y otros revelan cómo lo más importante en la crianza de los niños es el desarrollo de habilidades blandas y la inteligencia emocional.
Por un lado, existe una liberación en el proceso de crianza, por otro lado, dicen que es muy importante poner reglas, normas y fronteras personales. Los padres están desorientados y la tranquilidad y el apoyo a sus posturas no aumentan.
El primer módulo de GSR ofrece absolutamente un nuevo enfoque hacia la crianza de los hijos. Es tratar a los padres sobre sus propios miedos y otros sentimientos no constructivos; los cuales tenemos demasiados en las relaciones con los hijos. Este tratamiento funciona para armonizar nuestro estado interior para tomar decisiones importantes con calma y con amor.
Aquí tenemos una historia asombrosa de la participante de GSR y jefa de comunicaciones de marketing Natalia Zubkova sobre cómo llegar a un entendimiento mutuo profundo a partir del miedo constante en la relación con su hijo:
“El primer sentimiento que surgió en mí cuando me entregaron a mi hijo después de dar a luz fué miedo.
Por alguna razón tenía mucho miedo de que llorara. Y no sabía qué hacer ni cómo calmarlo. Y entonces todos entenderían que en realidad soy una madre completamente inútil…
Mis ideales sobre la maternidad estaban a punto de hacerse añicos. Cada año me parecía que no podía hacer más y más. Parecía que no podía darle a mi hijo algo importante, básico. Era como si estuviera esperando en silencio algo de mí, pero todavía no podía entender qué.
Cuando mi hijo tenía cinco años decidí enviarlo al cole y él no quiso hacerlo. Y una vez completamente desesperada por mi propia impotencia, grité y golpeé su mesita, porque por dentro tenía miedo: no podía hacer frente de nuevo. Simplemente no sabía cómo tratar con él. Ví que mi hijo no estaba feliz conmigo.
Ya llevo dos años y medio realizando una o más sesiones GSR para mí misma cada día con el primer módulo de GSR.
Ahora el mejor momento y el más feliz es pasarlo con mi hijo.
Empecé a sentirlo y comprenderlo mejor que a nadie en el mundo. Y él lo siente, lo sabe y me lo cuenta.
A menudo «leo su mente», como él dice.
Pero este año hubo una situación en la que el primer módulo me resultó más útil de lo habitual: mi hijo quería cambiar de cole justo a mitad del año escolar. Se acercaba el final del trimestre y comenzó a darse por vencido: dijo que no le gustaba estar en su colegio, que terminaría sus estudios hasta el bachillerato y no estudiaría más.
Me sumergí en el asunto, hablé con los profesores y me di cuenta de qué era exactamente lo que no le gustaba a mi hijo. Y utilizando la técnica del primer módulo, yo me cambié desde dentro poco a poco.
En un par de semanas, llegué a un estado en el que estaba completamente preparada para entender y dar lugar a los deseos de mi hijo.
Elegimos un colegio nuevo, privado, y al cabo de un par de días, justo a mediados de diciembre, se trasladó allí. Durante el proceso, mucha gente me dijo que no se debía empezar todo a mitad del año escolar. Que los colegios privados son peores. Otras personas me dijeron muchas otras cosas.
Pero tenía dos faros principales: mi propio hijo, en quien confíe y el primer módulo de GSR con el que todo es posible. Ahora, seis meses después, comprendo lo correcta y oportuna que fue esta decisión.
A mi hijo le encanta estudiar, le encanta tener éxito, le encanta aprender y probar cosas nuevas. Y todo esto lo consiguió cambiando de cole. Ha cambiado y madurado mucho en estos pocos meses.
Ayer le pregunté a mi marido cómo cree que he cambiado con la ayuda de GSR. Y dijo que me volví más sabia y más tranquila. Y agregó que este cambio mío lo cambió a él y a nuestro hijo también…”.
El método GSR abre nuevos horizontes de aceptación y amor de los padres.
No se trata sólo de cómo los padres afrontan sus propias preocupaciones y sentimientos de ansiedad, sino también de cómo logran una comunicación ingeniosa con sus hijos que antes no era posible. GSR ayuda a los padres a sentirse mejor por dentro para que puedan tomar decisiones positivas y amorosas hacia sus hijos por fuera.
©La traducción de Irina Komarova para el proyecto GSR World