Cómo mi vida se dividió en Antes y Después.
Septiembre de 2019
No hay límite a mi felicidad – por fin me empieza salir todo lo que había estado persiguiendo tanto tiempo: viajes, relaciones maravillosas con mis hijos y mi marido, desarrollo del negocio, etc.
También tengo muchos planes grandiosos para mi vida futura.
En este momento, me encuentro con el método GSR. Tengo muchas ganas de seguir mejorando mi vida.
Después de 2 sesiones con una especialista, siento que el sabor de la vida y algo de energía viva en mí se han vuelto visiblemente más grandes. Luego compro el primer módulo GSR en línea y poco a poco empiezo a dominarlo.
Octubre de 2019
18 de octubre de 2019 me muero… después de la noticia que mi hijo menor de 9 años ya no está vivo.
No es simplemente el derrumbe de todo, es mi muerte en vida y mi infierno personal en que tengo que estar mientras mi corazón lata…
Inmediatamente, empiezo a destrozar lo que llevo construyendo muchos años y lo más cercano que puedo alcanzar – mi negocio.
Al día siguiente, después de la tragedia, escribo a mis empleados que estoy cerrando la empresa y doy la orden de poner fin a cumplimiento de contratos y notificar a los clientes que no vamos a servirles más. Es mi primer paso en el abismo.
Pero a pesar de todo el horror e irrealidad absoluta de lo que está pasando, escribo a mi especialista GSR.
Me agarro …por el bordillo de mi conciencia…me agarro con esta vida.
Por algún motivo, en este momento, con toda esa locura, solo puedo pedir la ayuda a la especialista GSR, solo a ella. Está claro que no soportaría trabajar con un psicólogo o psicoterapeuta, sería demasiado doloroso para mí.
Algunas sesiones con la especialista me ayudan a sobrevivir la despedida más terrible de mi vida…
Cambio de opinión acerca de cerrar el negocio y cancelo todas las órdenes (mis clientes no llegan a averiguarlo).
Luego, empiezo aprender el 1 módulo de GSR activamente.
Poco a poco, sesión tras sesión…es difícil, no es nada fácil…
En psicología es habitual dividir el duelo en etapas: choque, ira, regateo, depresión, aceptación y cada etapa de una persona pasa por un cierto lapso de tiempo, en cada persona es muy individual.
Así que, al hacerme sesiones para mis estados difíciles, los paso temporalmente y después de cada una de esas sesiones, siento un poco más de aceptación, alivio y vida dentro de mí.
El primer año es muy difícil… Me encuentro varias veces en una cama de hospital, en estado grave, en un accidente… y no sé cuanto más puedo aguantar. Pero, siempre tengo una herramienta en la que puedo apoyarme y por difícil y doloroso que sea, lo único que me saca de aquí son las sesiones.
Poco a poco, comienzo a notar cómo mis seres queridos – marido, hijo, madre – cambian conmigo.
Ellos también han cobrado vida gradualmente.
Mi hijo adolescente se ha vuelto muy popular y activo en la escuela, con un excelente rendimiento académico (es un efecto «secundario» cuando los padres trabajan consigo mismos que los niños mejoran automáticamente sus vidas).
Mi marido tiene más exitoso en su negocio, sus ingresos crecen, una afición conjunta ha surgido en su relación con su hijo – jugar a strikeball.
Mi madre ha resuelto cuestiones relacionadas con su salud que le preocupaban, pero que no había atendido durante muchos, muchos años (aunque las sesiones mejoran directamente la vida de los hijos, a los padres también les afecta de alguna manera – sus vidas también cambian para mejor).
Ya han pasado casi 4 años desde que conocí a GSR…
Haciendo un balance de lo que quiero decir, con 1 módulo GSR es posible todo, incluso lo aparentemente imposible, la vida después de la muerte y ¡no solo la vida, pero una plena y deliciosa!
Sigo siendo la madre de dos chicos, uno de los cuales siempre está vivo en mi corazón, también es amado y querido…
P.S. Un poco más sobre los resultados del trabajo conmigo misma:
Durante este tiempo, mis ingresos se han multiplicado por 4, mientras que la carga de trabajo se ha reducido a 2-3 días a la semana.
La relación con mi esposo ha mejorado cualitativamente, en ellas hay de todo y aún más: apoyo, intimidad, amor, coqueteo, romance. Cada día nos acercamos más y más.
Mi hijo es mi orgullo personal: le admiro, él y yo podemos hablar de cualquier cosa. Es muy sorprendente lo abierto que uno puede ser con su hijo y lo agradecido que es trabajar consigo mismo.